miércoles, 4 de mayo de 2011

UVAS PARA TRES Y EL PROCESO CREATIVO.

1. La idea.

Cuando nació AFAES Escena, nació al mismo tiempo Strafalarium. Buscamos el  nombre, los actores, y una historia que contar. Encontramos el nombre, formamos el equipo, pero faltaba la historia, una historia para los actores de nuestra recién nacida compañía: dos mujeres y un chico joven. Este era mi punto de partida, y me pongo a pensar. Mientras, van llegando las sugerencias: adaptaciones de películas, de obras de teatro, de novelas… o una historia inventada para ellos, para nosotros. Y, como me gusta inventar, pues apuesto por esta última y empiezo a pensar en algo atractivo, distinto, divertido, original, complejo, interesante, cercano, lejano…
¿Qué podía hacer con dos mujeres maduras y un chico joven, que eran los actores con los que contaba?
Empiezo a imaginar: mundos, personajes, conflictos, relaciones, lugares… y empiezan a brotar  historias a partir de todas las partículas en suspensión, conforme se van posando en unos u otros lugares de mi cabeza, pero, una y otra vez, aparecen cuatro personajes. Tengo tres actores... de momento, y cuatro personajes. No pasa nada, de peores embrollos he salido en todos mis procesos creativos. Siempre te falta o te sobra algo a alguien,  pero el tiempo todo lo acomoda y yo confié en él para que hiciera su trabajo más adelante. Presento varias sinopsis a mis compañeros, familia y amigos y gana una, por unanimidad: ya tenía el argumento de “Uvas para tres”, aunque el título vendría mucho después. Y me pongo a escribir el primer acto.